El Maristán fue construido por Muhammad V entre 1365-1367, según su lápida fundacional, como hospital e institución social; es de planta rectangular, con patio central y alberca longitudinal. En este espacio de la alberca se ubicaban las dos esculturas de leones surtidores, ejecutadas en dos bloques imponentes de caliza de nódulos, material de gran resistencia mecánica, ha informado el Patronato en una nota.
La técnica y la disposición de las esculturas están vinculadas con la iconografía y el emblema de poder. Si en otras culturas el león representa valor, victoria y rasgos relacionados con virtudes y principios, en al-Andalus la relación del león con el agua y las fuentes es una tradición.
La trayectoria de las figuras desde el antiguo hospital, convertido en carmen, a la Alhambra, marcará su disposición en la alberca del Partal durante décadas, debido al derribo que sufre el Maristán. El Museo de la Alhambra permitió la restauración in situ de las esculturas, como piezas referentes de su colección permanente.
La metodología de conservación de las esculturas viene impresa desde su funcionalidad. El ser surtidores ubicados en el exterior les confiere una vulnerabilidad constante a los factores ambientales e hidráulicos, con acusado desarrollo microbiológico en las zonas más expuestas. Así pues, desinfección biológica, limpieza combinada y eliminación de morteros nocivos serían las actuaciones prioritarias para recuperar la estabilidad de estas magníficas esculturas-surtidores, desde criterios puramente de conservación.
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